Desde el momento en que un bebé nace, es sometido a una serie de estudios médicos para asegurarse de que esté en óptimas condiciones y recibir el cuidado adecuado. Estos estudios se realizan en el hospital, durante las primeras horas o días de vida del recién nacido.
Los exámenes físicos son el primer paso en la evaluación de la salud del bebé. El médico revisará la piel, la cabeza, el cuello, la columna vertebral, los oídos, la nariz y la boca del bebé para detectar cualquier anormalidad o malformación.
Además de los exámenes físicos, se realizan pruebas de laboratorio para evaluar los niveles de azúcar en la sangre, la bilirrubina y otros indicadores de salud. También se realiza una prueba de detección de enfermedades metabólicas congénitas, que puede detectar enfermedades como la fenilcetonuria y el hipotiroidismo congénito.
Otro estudio importante que se realiza en los recién nacidos es la prueba de audición. Esta prueba se realiza para detectar cualquier pérdida de audición que pueda afectar el desarrollo del lenguaje del bebé.
En resumen, los estudios realizados a los recién nacidos son fundamentales para la detección temprana de cualquier problema de salud y para garantizar que el bebé reciba el cuidado adecuado desde el principio. Es importante que los padres estén al tanto de estos estudios y que trabajen en colaboración con el equipo médico para garantizar la salud y el bienestar del bebé.